Todo prosperaba como debía ser, al menos en los asuntos del reino, mas sin embargo en los asuntos maritales del rey había cierto distanciamiento, hasta el punto en que el rey casi no veía a su mujer ni a sus hijos.
Por eso no fue tan desconcertante el no encontrarlos esa tarde en sus respectivas habitaciones, supuso que estarían en el pueblo, tal vez buscando un nuevo caballo para Electra, a ella le fascinaban esos animales. Imagino que podría aprovechar el día siguiente y pasear con sus hijos y probar al nuevo animal.
Resuelto, se encamino a pasar la noche con Clare, su mas querida cortesana; Pero indescifrablemente ella tampoco se encontraba en sus habitaciones, inmediatamente busco a la servidumbre, preguntando donde estaba su familia y sus mujeres, la servidumbre no supo dar razón de los desaparecidos. Esto intrigo al rey de sobremanera, por lo que llamo a uno de sus hombres de confianza y le encomendó que los encontrara, que quería tenerlos en su presencia antes del anochecer.
La noche llego, las horas pasaron y el sol amenazo los pensamientos del rey, ya que nadie encontró a sus mujeres y a sus hijos, ni en el castillo ni en el pueblo, una situación bastante singular para que fuese un capricho de la reina.
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